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Este sábado 18 de septiembre se cumplen 25 años de uno de los episodios más polémicos protagonizados por Diego Armando Maradona a lo largo de su carrera. El mítico exjugador argentino, fallecido el 25 de noviembre a los 60 años, tenía 35 y militaba en Boca Juniors cuando, junto a su entorno, causó graves destrozos en el vestíbulo de Alicante, por un valor de 500.000 pesetas de la época (3.000 euros). Era la última etapa de Maradona como jugador en activo, antes de su retirada en 1997.
Curiosamente, Alicante y en concreto su estadio Rico Pérez fue el 18 de junio de 1982 escenario de una gran actuación de Maradona en el Mundial de España, cuando logró un doblete ante Hungría en la primera fase, con exhibición de juego del 'Pelusa'. La abiceleste venció por 4-1.
Volviendo a 1996, Maradona viajó a Alicante para someterse a unos controles médicos. Antes de viajar a Madrid, el 'Pelusa' y sus tres acompañantes decidieron salir a divertirse. A la vuelta al hotel Meliá, en el que estaba hospedado, Maradona se quedó atrapado en el ascensor. Eran sobre las cinco de la madrugada y fuentes del establecimiento hotelero aseguraron que el percance se debió "al mal uso de la instalación".
Muy nervioso, Maradona empezó a gritar y a golpear las puertas del ascensor. Finalmente los bomberos lograron rescatarle. Pero el episodio no terminó aquí. Los incidentes prosiguieron en el vestíbulo de la quinta planta, en la cual el argentino destrozó cinco sillas, una mesa, una puerta, un cenicero de mármol y provocó un agujero en el techo.
A Maradona le acompañaban tres personas, entre ellas su representante de entonces, Guillermo Coppola. Intentaron calmar a Diego. Los gritos y ruidos siguieron dentro de la habitación que ocupaba el astro argentino. Ante las quejas de otro cliente, la dirección del hotel llamó a la policía. Cuatro agentes acudieron al hotel a las siete de la mañana, cuando la situación ya se había calmado.
Antes Maradona la tomó con un empleado del hotel que hacía fotos de los desperfectos para el seguro y que desistió de su plan inicial de pedirle un autógrafo al mito. Testigos de aquellas noche describieron entonces a un Maradona alterado, nervioso, que la emprendía a improperios contra todos los presentes.
Maradona desistió de volar a primera hora de la mañana a Madrid (donde tenía previsto someterse a otra revisión, en este ocasión el con el doctor Guillermo Laich, un especialista argentino en medicina deportiva de alto nivel), para desplazarse por carretera a última hora de la tarde.
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